Queda prohibido


Tengo estos huesos hechos a las penas

Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.

Como el mar de la playa a las arenas,
voy en este naufragio de vaivenes,
por una noche oscura de sartenes
redondas, pobres, tristes y morenas.

Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.

Eludiendo por eso el mal presagio
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena sonriendo.

El rayo que no cesa. Miguel Hernández. Poema 10.


Quisiera que me recuerden sin llorar

Quisiera que me recuerden sin llorar
ni lamentarme
quisiera que me recuerden por haber hecho caminos
por haber marcado un rumbo
porque emocioné su alma
porque se sintieron queridos, protegidos y ayudados,
porque interpreté sus ansias,
porque canalicé su amor.
Quisiera que me recuerden junto a la risa de los felices,
la seguridad de los justos,
el sufrimiento de los humildes.
Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores,
con comprensión por mis debilidades,
con cariño por mis virtudes,
si no es así, prefiero el olvido,
el más duro castigo por no cumplir con mi deber de hombre.

Poema de Joaquín Enrique Areta